Leche materna, seguro de vida
Por la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebró del pasado 1 al 7 de agosto, recibí una llamada de una periodista de La Opinión de Málaga. Quería hacerme una entrevista para conocer con más profundidad la lactancia materna. Como precisamente hablar de este tema, es una de las cosas que más me apasionan, acepté gustosa.
Durante más de una hora contesté preguntas sobre qué significaba la lactancia materna, dificultades, dudas, mitos, preparación del personal sanitario, incompatibilidades, duración, embarazo y tándem en la lactancia, destete, lactancia mixta y artificial, prevención de enfermedades, beneficios, vínculo madre-bebé y muchos temas más (aprovechamos bien el tiempo jeje). Por cuestiones de actualidad informativa, no se publicó hasta el pasado domingo día 19. Finalmente fue un artículo en vez de una entrevista, titulado: Leche materna, seguro de vida (puedes leer el artículo completo aquí).
Tenemos que tener en cuenta, que en un artículo no puedes extenderte ni profundizar tanto como en una entrevista. Y aunque en términos generales estoy de acuerdo con todo lo que se publicó, me gustaría comentar varias cuestiones, en especial en lo referido a el apoyo de la maternidad en general y de la lactancia en particular y de la atención por el personal sanitario de las madres lactantes.
Me parecía necesario dejar de contar las bondades de la lactancia materna y fijarme más en los riesgos de la lactancia artificial.
Informar a las madres de los perjuicios que puede conllevar la lactancia artificial es muy importante, pero sólo es un primer paso. Si después, no apoyamos, acompañamos y ayudamos a las madres que deciden dar lactancia materna y tienen dificultades. O peor, si a las que no las tienen, les hacemos dudar de su capacidad de amamantar sugiriendo sin motivo la suplementación con artificial, o si continuamos con la mala interpretación de los percentiles (puedes leer lo que son y cómo se interpretan correctamente aquí) y la desinformación sobre la evolución normal y fisiológica del peso y tallas del bebé, en especial durante las primeras semanas, seguirá habiendo el porcentaje de lactancia materna a los 4-6 meses, tan testimonial como tenemos.
La periodista Melanie Soler indica en esta frase, >. Aquí el problema no es la lactancia artificial elegida de forma consciente e informada por parte de una minoría de madres. Aquí, el problema es la falta de apoyo y ayuda que lleva a muchas madres a no poder dar el pecho y a utilizar finalmente la lactancia artificial, teniendo que pasar por el duelo de su lactancia perdida. Además, casi todas lo hacen en soledad, sintiéndose culpables, frustradas y malas madres. Pensando que algo que hicieron, o algo que dejaron de hacer, les llevó a perder la lactancia, haciéndose culpables y responsables de una situación que no les corresponde.
Por eso no hago más que entristecerme cuando leo los datos que tan orgullosamente declaran los principales hospitales malagueños: Un 92% de madres que salen al alta dando lactancia materna en el Clínico y el 95% en el Materno Infantil. No sólo no dudo de que se estén haciendo grandes esfuerzos por mejorar la atención y la formación del personal sanitario en lactancia en los hospitales públicos malagueños, sino que me consta que así es, sobre todo en el Clínico, que es con quienes colaboro estrechamente. Es cierto que hay grandes profesionales muy formados en lactancia, pero también lo es que son una aplastante minoría y que incluso a ellos, les cuesta enormemente conseguir avances en sus propios hospitales.
Yo me quedaría más con el dato de que, tan sólo 1 de cada 4 madres da lactancia materna exclusiva a los 6 meses. Eso quiere decir que se nos quedan por el camino la mayoría de las lactancias, en madres que a priori querían dar el pecho. Ni más ni menos que el 75%. Por lo que, queda patente que la atención que se está ofreciendo en la sanidad pública, no es la que las madres necesitan y que queda muchísimo por hacer, hasta llegar a las recomendaciones de la OMS y los organismos nacionales e internacionales, de 2 años de lactancia materna como mínimo y hasta que mamá y bebé decidan.
Otro de las frases a reseñar de la periodista Soler es:Libros, artículos y preparación previa quedan en nada>>. Este es otro de los principales problemas para las madres junto a la falta de apoyo y atención adecuada. Nos preparan concienzudamente en muchos casos para el parto, pero casi nadie nos menciona el posparto, ni lo que vamos a vivir o sentir en esos momentos. La lactancia, como parte del posparto, también se pasa de largo.
Nos mencionan cómo es la postura y el agarre correcto, que significa lactancia a demanda, que el calostro es lo mejor y listo. Nadie nos dice que en la mayoría de los casos tendremos puntos de la episiotomía o de la cesárea, que no nos dejará dar el pecho cómo nos han enseñado. O que el uso de oxitocina y epidural, la separación del bebé (aunque sea de unos pocos minutos) y no respetar el piel con piel, nos predisponen a tener dificultades en el inicio de la lactancia. O que el dolor al amamantar no es normal NUNCA, ni siquiera al principio. Tampoco nos dicen qué hacer en caso de parto prematuro, ni que existen las bombas hospitalarias que nos pueden facilitar increíblemente la extracción del calostro y la leche.
No nos preparan para solventar las posibles dificultades que surjan, nos preparan para una lactancia de libro, inexistente. Una vez más, esto lleva a las madres a la frustración y a la culpa, cuando por el dolor, las grietas, las mastitis de repetición o una insuficiente transferencia de leche al bebé (por disfunción oral en el bebé no diagnosticada), les lleva al abandono de la lactancia.
Como declaro en el artículo, <<Apoyar a las madres en este momento crucial (la lactancia), aún es una asignatura pendiente>>. Y lo sé por experiencia propia, no sólo como profesional de la lactancia, sino como madre que tuvo un inicio de la lactancia horroroso, con muchas dificultades que no supieron ver, muy doloroso y sobre todo en completa soledad y falta total de apoyo por parte de los profesionales, aún habiendo dado a luz en un hospital con acreditación IHAN: «Lo pasé fatal hasta que a los dos meses y medio encontré la figura de la asesora de lactancia. A partir de ahí decidí formarme para ayudar a las madres».
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